Vivimos en un medio saturado tanto de radiación natural como provocada por el hombre. Estas fuentes radioactivas producen partículas alfa, beta y rayos gama. Los neutrones pueden observarse sólo en un reactor comercial o de investigación, o en caso de una guerra nuclear.
La víctima de radiación que con mayor frecuencia atiende la enfermera es la que proviene de un accidente de transporte. Se necesitan procedimientos especiales para su manejo, pero la atención médica no debe demorarse por el temor injustificado de radiación. Dicho temor puede reducirse por medio de un programa de orientación y enseñanza perfectamente planeado e implantado que destaque los métodos de monitoreo, los procedimientos de descontaminación y el conocimiento de los diversos tipos de radiación.
El manejo asistencial de la persona radiada requiere criterio sólido en la selección, sentido común en las técnicas de descontaminación, un sistema de clasificación radiológica, y áreas especificas de asignación del personal. Sobre todo, requiere de la programación previa y la existencia de un plan médico de emergencia en caso de radiación perfectamente integrado y practicado en simulacros.