El proceso de diseñar y presentar un programa educativo con base en las necesidades de aprendizaje del personal puede ser una tarea difícil, divertida y provechosa. Un programa adaptado individualmente a las necesidades de la organización debe incorporar los principios generales de manejo del desastre y los conocimientos que se tengan de la respuesta global de la comunidad. El instructor interno debe utilizar las teorías de educación para adultos cuando elabore el plan de estudios. La enfermera debe recurrir a los recursos comunitarios e incorporar diversos métodos pedagógicos para estimular el interés y la buena disposición hacia el programa. Son de enorme utilidad las experiencias pasadas-de los participantes. De ser posible, los educandos deben contar con oportunidades para participar en práctica de diversos escenarios. Las habilidades para manejar un desastre pueden incrementarse escuchando, comentando; viendo y desempeñando algunas actividades. A su vez, la retención puede mejorarse a 90% en promedio. Mejora el nivel de confianza, la base de los conocimientos, la atención primaria y la capacidad para resolver problemas.
El desastre exacerva muchos problemas comunes: interrupción de comunicaciones, desorganización y la falta o mal uso de los profesionistas preparados. Los problemas y restos de la asistencia en desastres deben ser identificados por medio de la investigación histórica e incorporados en programas educativos comprensibles. Sin duda, la respuesta a un desastre, en el futuro será el resultado de la preparación educativa de hoy en día..