Los preparativos contra desastres no necesariamente son "ramificaciones" de un plan perfectamente diseñado y elaborado. El plan no es garantía de que la respuesta se haga de manera ordenada y eficaz ante todos los aspectos del desastre. Es importante que personal competente y fiable del hospital conozca, entienda y coordine dicho plan. Una vez ocurrido el desastre, no hay tiempo para aprender nuevos procedimientos o llevar a la práctica series de maniobras no probadas con anterioridad.
La clave para la planificación eficaz contra desastres es considerar este proceso como un ciclo de hechos dinámico y continuo3 es decir: análisis de discusión, a su vez seguido de "prueba", después análisis de problemas, comentario de los métodos para mejorarlos, revisión del plan documentado, práctica y "prueba" del plan revisado, y así sucesivamente (Fig. 14-3). El ciclo de hechos debe continuar de tal forma que observe el mismo ritmo que los cambios de personal, necesidades de procedimientos, automatización y otros progresos tecnológicos.
Simulacros del gran Plan versus Planes en Pequeña Escala
El plan global hospitalario contra desastres es una estructura multidisciplinaria y compleja de acciones y esferas de influencia separadas, concurrentes en ciertos renglones. El plan central debe ser sancionado con simulacros o desastres reales de tal magnitud, que convierta todos los procedimientos rutinarios ineficaces. Dicho "ensayo" es necesario y útil según las necesidades de la Comisión Mixta de Acreditación de Hospitales (aunque puede interrumpir la atención médica y la asistencia cotidiana.5 Los simulacros prematuros que abarque todo el hospital también pueden insidir en el espíritu de servicio y en la confianza, ocasionan conflictos innecesarios. Es posible que no se logre buen éxito con el plan global, por lo que convendrá no probarlo hasta que se haya corroborado la eficacia de las partes interdependientes (subplanes). El personal debe estar familiarizado con sus tareas e intervenciones individuales y con la de personas de las que dependen o tienen interrelación con sus actividades. Para satisfacer mejor esta necesidad, pueden efectuarse simulacros o ensayos de manera informal y después formal, realizados de manera interna en el departamento. Los simulacros y ensayos deben programarse para todos los grupos de trabajo.

FIGURA 14-3 La planeación de un desastre vista como un ciclo dinámico
En la misma medida en que hay interrelación directa en las actividades de miembros individuales del personal también la hay en las actividades de las secciones y departamentos del hospital. La siguientes fase son los simulacros y ensayos interdepartamentales, para culminar así en un ensayo que abarque todo el hospital. Tales simulacros de ensayos identifican redundancias y eficiencias en áreas de responsabilidad, amplían las perspectivas del personal e infunden confianza en el seno de la instalación.
El objetivo de la planificación contra desastres es permitir al hospital que afronte una calamidad en gran escala que genera víctimas sin alerta previa o con pocos avisos; empero, muchas instituciones conceden demasiada importancia a los simulacros no anunciados a gran escala. Es importante "probar" la capacidad de todo el hospital para alertamiento y respuesta rápida a un desastre; no obstante, tal requerimiento suele satisfacerse mediante llamadas a menor escala y alertas telefónicas, para detectar así las deficiencias en las cadenas de notificación, los esquemas de trabajo y el equipo de comunicaciones.
Los simulacros o ensayos programados o previstos suelen despertar gran interés, así como participación vertical y horizontal del personal, al mismo tiempo que sirve de entrenamiento. Sin embargo, se necesita informar al personal que una de las fases previstas es la revisión del plan, y que son ellos los encargados de su práctica. La participación comunitaria también es deseable y conviene inculcarla en los ensayos y simulacros a mayor escala.
Estimación final y crítica
El ciclo dinámico y continuo de hechos (véase la figura 14-3) exige identificar las áreas problemáticas, y el análisis ulterior de las soluciones propuestas y revisiones al plan contra desastre; por tal motivo sea cual fuere la escala o magnitud del simulacro de ensayo, éste debe abarcar formas de estimación y critica. La creación de listas de verificación, cuestionarios y otras formas para análisis es indispensable para tales tareas. En la medida de lo posible, también hay que incluir comparación con estándares establecidos y el empleo de la evaluación externa. Entre las personas que pueden hacer una estimación externa de gran calidad están bomberos, policía y personal de enfermería y administrativo de otros hospitales en la zona.
Todo ensayo o simulacro debe ir seguido de una sesión de critica formal que se ocupe de la adecuación del plan, sus puntos fuertes y débiles, y las enseñanzas obtenidas. Nunca deberá permitirse que la sesión se torne conflictiva a causa de recriminaciones, sino más bien concentrarse en hechos, acciones y formas de mejorar el esquema de auxilio. Es importante valorar lo ocurrido, las razones y factores causales cuando ha transcurrido poco tiempo desde el ensayo, y todo está fresco en la mente de los participantes y puede recordarse con toda exactitud.
Prácticas para ahorrar recursos
La práctica del plan (P4) no debe malgastar innecesariamente el tiempo precioso y los recursos del personal (Recuadro 14-3). Una forma adecuada de llevarla a cabo es utilizar videocintas magnéticas hechas localmente. Éstas no deberán durar más de 15 minutos, y pueden basarse ya sea de manera secuencial o departamental. La cinta puede correr continuamente en el restaurante o cafetería a lo largo del día o a las horas de comidas. Asimismo, estas películas pueden servir para proporcionar educación interna, o bien, pueden ser proyectadas en salas de espera y en sitios de trabajo especiales.