Mary P. Wieland, R.N., M.S.N.,
Deborah K. Hattan, R.N., B.S.N.
¡Desastre! La sola palabra desencadena una reacción de nerviosismo para cualquier enfermera que labore en una institución en donde se atienden casos agudos.
Los desastres pueden surgir y de hecho surgen en instituciones dedicadas al cuidado de enfermos agudos, como hospitales y grandes centros médicos civiles y militares. Instituciones de esta clase también han recibido a menudo a las víctimas de un desastre ocurrido en las comunidades vecinas. Estos desastres internos y externos son catástrofes imprevistas que merman la capacidad de atención de las instituciones. El patrón común de actividades clínicas diarias de éstas se ve alterado a medida de que se les obliga a proporcionar el personal y los recursos para satisfacer necesidades inesperadas. Las decisiones que necesitan tomar las enfermeras en el momento que acaece el desastre, pueden ser abrumadoras, en particular si ellas no han recibido la preparación adecuada para enfrentar tales situaciones.
Nota: Los autores desean expresar su agradecimiento sincero a las siguientes instituciones que les proporcionaron copias de sus programas para casos de desastre, a fin incorporarlos en este capitulo: Bailar Hospital, Seattle, Wash; Charity Hospital, New Orleans, La; Desert Samaritan Hospital, Mesa, Ariz; Harboorview Medical Center, Seattle, Wash; Illinois Masonic Medical Center, Chicago, Ill; Kuakini Medical Center, Honolulu, Hawaii; Letterman Army Medical Center, San Francisco, Calif; Long Island Jewish Medical Center, Long Island, NY; Madigan Army Medical Center, Tacoma, Wash; Memorial Hospital, Colorado Springs, Colo; Mercy Hospital and Medical Center, Chicago Ill; Merle West Medical Center, Klamath Falls, Ore; Portland Bureau of Fire, Portland, Oreg; Southwest Washington Hospitals, Vancouver, Wash; St. Francis Hospital Honolulu, Hawaii; St. Vincent's Medical Center, Portland, Oreg; University Hospital, Oregon Health Sciences University, Portland, Oreg; Univesity Hospital, University of Illinois, Chicago, Ill; Valley View Medical Center, Cedar City, Utah; Veteran's Administration Medical Center, Salt Lake City, Utah; Yale-New Haven Medical Center, New Haven, Conn. Nuestro agradecimiento a las siguientes personas por compartir sus experiencias con nosotros: Carolyn Garrison, R.N., Oregon Trail Chapter, American Red Cross, Portland, Oreg; Phillip Picard, Newberg Fire Department, Newberg, Oreg.
Por todo lo expuesto, cada institución que atiende casos agudos debe estar preparada para hacer frente a una situación de desastre, al contar con un programa simple, perfectamente organizado y definido. Debe establecerse un comité para casos de desastre con representación de los servicios de enfermería. Además, es esencial realizar simulacros planeados y frecuentes para instrumentar el programa (consúltese el capitulo 14, correspondiente a los puntos específicos para diseñar y valorar un programa para casos de desastre).
Este capitulo tiene como objetivos:
• presentar al lector el concepto del análisis de decisiones y el empleo correspondiente al proceso asistencial en una situación de urgencia;
• exponer brevemente el factor de tensión y su efecto en las enfermeras que laboran en una situación de calamidad;
• destacar los factores de comunicación, personal y recursos cuando la enfermera tome decisiones durante una situación de tragedia interna o externa.